LA MAISON EBEL

EBEL Y LA VILLA TURQUE

 

En 1986, Ebel Página Oficial adquirió una emblemática casa con una rica historia relojera que fue una de las construcciones arquitectónicas más innovadoras de su época. Diseñada por Le Corbusier, uno de los pioneros de la arquitectura moderna, la adquisición de la villa fue una elección dictada tanto por la pasión como por la razón para EBEL. Emblemática de sus valores fundamentales y parte importante del patrimonio arquitectónico internacional, se la conoce como la "Casa de EBEL" desde hace más de 30 años. La Villa es una verdadera inspiración para los amantes de la "haute horlogerie" (el arte de la relojería) y los conocedores de arquitectura de todo el mundo.


La Chaux-de-Fonds, cuna de la creatividad

En 1911, cuando Le Corbusier ya viajaba por todo el mundo, Eugène Blum y Alice Lévy crearon EBEL en La Chaux-de-Fonds, en el corazón del Jura suizo.

A su regreso de un viaje a Oriente Próximo, cinco años más tarde, Charles Edouard Jeanneret, (verdadero nombre de Le Corbusier) emprendió la construcción de esta casa a pocas calles de distancia. Los vecinos la llamaban "La Villa Turque" por la abrumadora influencia de la arquitectura bizantina en su diseño. La Villa se terminó en 1917 y tres años más tarde Jeanneret adoptó el seudónimo con el que se haría mundialmente famoso.

La Villa había sido originalmente un encargo privado de Anatole Schwob, un industrial relojero de La Chaux-de-Fonds. Con la adquisición de la Villa en 1986, EBEL continuaba la tradición de los grandes nombres de la relojería en esta residencia de La Chaux-de-Fonds, al tiempo que celebraba el 75 aniversario de la empresa.


La Villa Turque: atrevida maestría estética y funcionalidad innovadora

Al descubrir por primera vez este edificio único en su género, es fácil apreciar los vínculos estéticos que ha establecido con EBEL. La pureza de su estructura y su relación con la luz evocan el espíritu de los relojes emblemáticos de la marca.

La Villa Turque representa el primer intento de Le Corbusier de aplicar concretamente un concepto revolucionario de vivienda: el Dominó. Esta forma extremadamente vanguardista se basa en un conjunto de cinco principios de construcción desarrollados por Le Corbusier: el uso de columnas de hormigón armado en lugar de muros de carga; el diseño libre de la planta baja (sin restricciones por la necesidad de muros de soporte); el diseño libre de la fachada (también sin restricciones por muros de soporte); el uso de ventanas horizontales (para proporcionar una iluminación uniforme); y la inclusión de un jardín en el tejado.

La sencillez de su apariencia oculta hábilmente la complejidad técnica tanto de la concepción de la Villa como de la elección de los materiales empleados en su construcción. Las preferencias estéticas y el ingenio de Le Corbusier se expresan aquí plenamente. Es un lugar que refleja los valores fundamentales de EBEL, donde la belleza se combina con la funcionalidad.


El compromiso de EBEL de respetar la autenticidad

Tras adquirir la Villa en 1986, EBEL inició un proceso de reparaciones e implementó un nuevo diseño interior. A través de la restauración fiel de las formas y materiales originales, el diseño interior de alta calidad resaltó la elegancia de la estructura y su relación lúdica con la luz natural. Con este proyecto de restauración, EBEL desempeñó un papel importante en el mantenimiento del lugar de Le Corbusier en la historia de la arquitectura moderna.


Renovación de la Villa Turca por EBEL

EBEL encargó una nueva renovación de la Villa en 2011 como parte de una campaña más amplia para destacar su importancia cultural. En contraste con el rediseño monocromático de 1986, La Villa Turque volvió a hacer hincapié en el movimiento constante y lúdico de la luz y las sombras. El trabajo de renovación, sutil y de buen gusto, refleja los valores de la marca EBEL sin ostentación, pero haciendo hincapié en el estilo y la elegancia con funcionalidad.


 

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